Nadie acude a una tienda de mascotas y pide:
—!Quiero
un pájaro que no vuele¡
Si
quieres que te compren para un puesto de trabajo —perdona la asquerosa expresión—, tienes
que estar volando y demostrar que sabes volar con cualquier tipo de viento,
llueva o haga calor.
Tienes
que demostrarles que todavía se te rifan, que siempre han estado muy contentos
con tus trabajos, que sabes volar o estar en la jaula; que te adaptas a lo que
pida el comprador del pájaro.
¿Es
duro?, no te preocupes, tu libertad te pertenece, pero si entiendes los
mecanismos del sistema —hasta que logremos cambiarlos entre todos—, te
adaptarás con menos dolor y más éxito.
No
se trata solo de adaptarse, también de ser el mejor, de intentar la excelencia.
Incluso sabiendo que nada es eterno y que de todo proceso se puede aprender y
salir ganando. Mira los trabajos como una oportunidad para mejorar también tú,
para demostrarte que vales, que vas a seguir aprendiendo y que desde este
puesto vas a intentar buscar otro mejor.
Nadie
te obliga a tener que estar en la misma empresa siempre, incuso es beneficioso
para tus intereses cambiar y sobre todo estar preparándote y buscando mejorar
desde dentro y/o a través de otra empresa.
Los conceptos de fidelidad a las empresas donde se trabaja se acabaron hace mucho, y lo destruyeron los propios empresarios.
Los conceptos de fidelidad a las empresas donde se trabaja se acabaron hace mucho, y lo destruyeron los propios empresarios.